jueves, 10 de diciembre de 2015

La Felicidad de Permanecer Conectado con tu Presencia

Los maestros espirituales te hablan del presente, nos dicen frases de felicidad, del ahora, del aquí y el ahora, llevo mucho tiempo oyendo esto, tratando de entenderlo, practicando varias técnicas tanto mías como de otras personas. Finalmente parece que lo he comprendido, lo he comprendido de forma profunda, una especie de momento de verdad, momento de iluminación.

Es entonces que he vuelto a leer libros, a escuchar charlas o audio-libros y todo encaja. Si bien desde el principio encajaba, encajaba de una forma mental y a veces experimental, en experiencias, ahora siento que ha encajado de forma profunda y de una clara comprensión, lo trataré de explicar.

Te conviene tratar de comprenderlo, pero de una forma profunda, más allá de la mente. Obviamente esa capacidad de comprensión viene dada de la capacidad de estar consciente, consciente de tu mente, de ver a tu mente como algo que no eres tú, como un testigo.

Con esto dicho vamos al tema. Hemos estado divididos internamente porque la mente siempre divide, califica absolutamente todo lo que ve en el exterior, a todo y a todos, cualquier suceso lo califica en una de dos opciones: bueno y malo, correcto e incorrecto, de acuerdo y en desacuerdo, moral e inmoral, pecado y virtud. Así es como vemos al mundo, y eso causa una división interna.

No puede existir un santo si no hay pecadores, el santo necesita de los pecadores para poder ser un santo.

http://vuelalibre.net/felicidad/12-frases-de-felicidad-como-ser-feliz/Te recomiendo que vayas a http://vuelalibre.net/felicidad/12-frases-de-felicidad-como-ser-feliz/ para que entiendas mejor estos conceptos 

El angelito de tu mente necesita al diablito para poder sentirse bueno, también el diablito necesita al angelito para poder sentirse malo. Pero el angelito eres tú, al igual que el diablito eres tú, dependiendo de la cara que muestre la moneda la aceptas o la rechazas, cuando en realidad la moneda es sólo una.

Luchas por alcanzar al angelito, para alcanzarlo debes reprimir y aplastar al diablito, pero ambos son tu, y tú no eres dos, tú eres sólo uno, con los dos aspectos de angelito y diablito. Pero eso tampoco es cierto, porque simplemente eres tú, ni ángel ni diablo, ni bueno ni malo, sólo ERES, uno. Pero como desde pequeñito aprendiste que debes ser bueno y no debes ser malo, has creído que eres dos, y luchas por ser el bueno. Pero es una lucha inútil en la cual siempre vas a fracasar, porque no puede uno luchar contra sí mismo. Por eso la división es falsa.

Así es como te invito a que aceptes lo que es, dentro de ti acepta lo que eres y fuera acepta a las personas, al clima, a la economía, como son, sin evaluar en tu mente cómo deberían ser.

Una vez que comprendes esto puedes observarte con más claridad, puedes observar que siempre, siempre estás calificando, no necesitas hablar o pensar conscientemente para calificar, es una actitud, con la mirada o con no mirar ya estás desaprobando, con la postura, con la forma de escuchar o con no escuchar, ya con eso has desaprobado, ya has juzgado.

Lo que para un cristiano es inmoral para un hindú es aceptable, Lo que hace 40 años era inaceptable ahora es normal, lo que hoy para ti es malo para otra persona es bueno. La división en bueno y malo sólo es una actitud, derivada de tu programación, de tu división interior, de tus expectativas, es decir, de tu ego.

Durante las cruzadas los cristianos tenían al dios bueno, y debían hacer la voluntad de ese dios bueno, convertir a los paganos al cristianismo, pero los paganos (que era cualquier persona con una creencia diferente a la cristiana) eran los malos, los impuros. Pero si ves el otro lado de la moneda, esos paganos creían que su dios o dioses eran los reales, nacieron con ellos, y el dios cristiano era el malo, así que hubo guerras por cientos de años.

Aprovechando esta ignorancia de la gente, los dirigentes usaban la ideología para obtener poder y riquezas, reinos completos conquistados por imponer al dios bueno, por supuesto que ambos bandos creían que su guerra era sagrada, estaban haciendo un favor a su dios y al mundo exterminando a los no creyentes.

Ahora que ves esta perspectiva suena estúpida, pero lo seguimos haciendo, capitalismo contra comunismo. Es el ego, el ego de las personas se convierte en ego colectivo, entonces surge el equipo de futbol bueno, mi país es el bueno, mi escuela es la buena, mi religión es la buena, rechazamos todo lo demás sin siquiera conocerlo, rechazas a una persona sólo por su aspecto o por cómo pasó caminando junto a ti sin saber absolutamente nada al respecto.

¿Y si la aceptaras? Sería mucho más sano y feliz para ti no juzgar, aceptar. Pero al ego no le gusta, el ego crece cuando te identificas con la mente, cuando hay un recorrido, un esfuerzo, un logro. Mientras más sencillo sea un camino menos seguidores tendrá. Los caminos oscuros y complicados son los mejores para el ego, así puede alimentarse, puede ser la víctima o el perpetrador, puede ser el héroe que con voluntad y tenacidad obtiene el logo, puede ser el fracasado, o el revolucionario, o el violento, o el no violento, tomar una personalidad, crecer su personalidad, cargarse de historia, y ser admirado o rechazado por esa historia, llamar la atención, ser visto.

Lo sencillo no le gusta al ego, pero lo que le gusta al ego no sirve para tu crecimiento espiritual, sirve para el crecimiento de tu ego. Ese camino no lleva a ningún lado más que a la infelicidad, a la incompletud, a no encontrar nunca la paz, y sin paz no hay felicidad.

Buscamos el logro, esperamos que en un tiempo futuro logremos algo que nos dará la felicidad, el logro de una casa, de un título, de que los niños crezcan, de que la prosperidad llegue, vivimos siempre esperando, esperando algo que nos de la felicidad.

Al actuar así estamos queriendo lo que no tenemos y por lo tanto rechazando lo que tenemos, porque el ahora es ahora, el futuro no está en el ahora, y cuando llegue el futuro también será un ahora, y en ese ahora seguiremos esperando al futuro.

Lo que tú eres en realidad está en el único tiempo real que existe: en el ahora, y lo rechazas, rechazas a tu yo real y rechazas al único tiempo que hay. Sobrevives en el ahora esperando vivir en el futuro.

Puedes vivir hoy, dejar de sobrevivir.

Pero al ego no le gusta lo fácil, o no lo cree, por eso es tan difícil la iluminación, la plenitud constante.

Buscamos técnicas complicadas y que lleven un proceso, si el proceso es largo, arduo y complejo, mejor.

Pero si el tiempo en realidad no existe, ¿requerimos de un proceso que implica tiempo?

La respuesta es no, no se requiere de un proceso, porque en este momento y en este lugar tienes todo, no hay nada que alcanzar, porque eso eres tú, aquí y ahora.

Pero sí requieres de un proceso, el proceso es ir limpiando a través de ser consciente, a través de observar y aceptar lo que es, de ir dejando a un lado la división interna, de observara tu mente sin identificarte con ella, de observar tus emociones y aceptarlas sin identificarte con ellas.

Así que se requiere de un proceso para llegar al punto en que ya no se requiere, porque en el proceso te limpias, y ya limpio en ese punto desapareces, tu “yo” y su concepto deja de existir para convertirte en eso, mueres completamente a tu identificación con el “yo”.

Requieres de una mente positiva para saltar a la no mente, porque desde una mente negativa no es posible llegar a la no mente.

Pero cuando estás listo, ahora, cuando estás presente en el ahora, el salto a la no mente es inevitable, instantáneo, sin proceso, simplemente es.

En Japón a los guerreros antes de enseñarles las técnicas de la lucha y del uso de las armas les enseñan la atención, a estar presentes, a estar alerta, todo lo demás es secundario. Porque cuando estás alerta tu atención es total, con cuerpo y alma, porque no hay mente, no hay ego, no estas “tú”, sólo está quien realmente eres.

De esos guerreros japoneses había uno dedicado al tiro con arco, se llamaba Rinzai, era famoso por ser excelente, siempre estaba enfocado desde un inicio, a pesar de eso cuando se trataba de practicar el tiro al blanco, nunca acertaba al centro, de hecho ni siquiera acertaba al tablero.

Por otro lado había otro arquero que siempre daba en el centro, era muy preciso, pero sorprendentemente un día llegó a estudiar con el Rinazi, le decían: “Tu siempre aciertas, el nunca acierta, ¿cómo vienes a aprender de él?”.

“Yo estoy centrado en el objetivo, él no, el está centrado en el inicio, en la fuente, en la intención. No es el fin, es el inicio. No nos interesa que la flecha llegue a su fin, nos interesa cuando la flecha inicia su viaje. Me interesa Rinazi. Cuando la flecha deja el arco él está alerta, eso es todo. No es el resultado, eso es irrelevante. Yo sé la técnica, pero él sabe la consciencia, porque cuando la flecha sale, él está alerta, y eso es lo importante”. Por eso pasó varios años aprendiendo de él, siempre acertaba, pero su maestro le decía: “Aún no, volviste a saltarte el origen, sueltas la flecha estando dormido”.

Y esta ha sido mi nueva comprensión, la que he sentido de forma profunda, la que hizo palidecer las comprensiones anteriores que había tenido sobre el tema: enfócate desde el principio y olvídate del objetivo.

¿Desde dónde vienes?, ¿Quién eres cuando inicias algo?.

Conéctate con tu naturaleza, entonces inicia, inicia lo que sea, pero ven desde el amor, de la abundancia, de la paz y de la felicidad, entonces todo se transforma.

Pero es hasta que entiendes todo el proceso recorrido, debes ir muy lejos para regresar a donde nunca te fuiste, vas en busca de lograr lo que ya habías logrado desde antes de empezar. Porque quien tu eres realmente nunca se ha perdido, nunca se ha ensuciado, la inocencia y la pureza aun están intactas, es sólo que lo has olvidado, un profundo olvido, que te has confundido, que te has quedado dormido.

Despertar del sueño nunca es un proceso, despiertas y te pones alerta, entonces te das cuenta que sólo era un sueño, que tu realidad es diferente a es sueño, eso es lo que te comparto ahora, has vivido en un sueño y dentro de ese sueño has visto lo bueno y lo malo.

El proceso es ir dejando de soñar, hasta que de pronto, de forma repentina, súbitamente despiertas. Te das cuenta que nunca abandonaste la habitación, simplemente no eras consciente de que ahí estabas, durante todo el sueño creíste que estuviste vagando de aquí para allá, con logros, con gente, con deber ser, pero en realidad nunca dejaste la habitación y todo ha sido sólo un sueño.

Es el momento de despertar, el proceso te ayuda hasta que simplemente despiertas. Desde el inicio, pon tu atención desde el inicio, eso irá quitando los sueños, los personajes, hasta que finalmente despiertes.

“Lo que hay que lograr…YA LO ERES”, desde esta comprensión inicia cada situación, cada relación, cada actividad. Allanará el proceso, lo acelerará. Es muy fácil, por eso no lo crees, porque es demasiado sencillo, por eso lo complicas, tu ego necesita algo más, un reto mayor, un gran triunfo, un gran esfuerzo. Ese es el proceso, borrar al ego para que se dé el despertar del sueño.

Siempre está tu esencia ahí, en cada momento, pero es como la respiración, consciente de ella o no, de cualquier manera sucede, despertar es sólo hacerte consciente. Es cuestión de perspectiva, es cuestión de actitud, de iniciar todo en esa actitud.

Las personas que despiertan y viven en la dicha absoluta ríen, ríen de lo sencillo que es, pero para el que sigue soñando es casi imposible, por eso cambia la perspectiva, acepta la sencillez. Porque cuando lo comprendas no podrás creer por qué tardaste tanto, te parecerá ridículo.

Ya eres la persona que ansías ser, ya estás a donde quieres llegar, ya has llegado a casa. De hecho nunca saliste, sólo olvidaste en dónde estabas, sólo te quedaste dormido, siempre has estado ahí, pero soñando, cosas lindas o cosas feas, cosas correctas o incorrectas, cosas buenas o cosas malas, ¿qué más da? El hecho es que estás soñando, no importa qué sueñes, lo importante es dejar de dormir, despertar.

Pero ten cuidado, porque a veces el despertador lo haces parte de tu sueño ¿Te ha sucedido? Suena tu despertador y el sonido lo integras a tu sueño, entonces no sirvió de nada el despertador.

Integramos al despertador en nuestro sueño de muchas maneras, acumulando conocimiento, acumulando ego, acumulando, acumulando, acumulando. No importa si lo que acumulas es referente a la economía del mundo o a los procesos de iluminación o a las terapias alternativas, no hay diferencia, simplemente estás integrando el despertador al sueño, y pues ya no sirve de nada. Soñar con una casa nueva o con una iluminación no cambia nada, sigues dormido.

Mientras no borres el “yo”, mientras ese “yo” con toda su historia, personalidad, metas, dolores, familia, culpas y todo lo demás no muera, significa que sigues soñando y creciendo el ego. Muere el “yo” y te reencuentras con “eso” que tu eres, eso sin forma, sin cuerpo, sin historia, simplemente recuerdas “eso que eres”.

No hay continuidad, hay ruptura, hay muerte, mueres al sueño, lindo o feo, mueres y puedes entonces “ser”. No es un cambio de ropa o de nombre o cambio de creencia, es una muerte, punto. El de antes ha muerto y ahora eres una entidad nueva, que nunca conociste, no es algo que creció del anterior, no hay tal crecimiento. Si hay crecimiento es que hay continuidad, hay tiempo, hay ego, sigues dormido.

Y tampoco la muerte es un proceso, puedes estar muy enfermo, pero vivo, o estás muerto, no hay medio muerto, o vivo o muerto, El cambio es súbito, se rompe la continuidad, lo mismo en el despertar, mueres al sueño, ya estás consciente, ya estás alerta.

La meditación (sin importar lo que estés haciendo) se da cuando se junta el estar alerta, el estar consciente y la ausencia de mente, la ausencia de pensamientos. Cuando estás alerta no puede haber miedo, porque el miedo vive en el futuro, la angustia nunca es por el momento presente, es por el futuro, así que el miedo cuando estás consciente no puede existir, porque cuando estás presente no hay pensamientos. El miedo llega cuando pierdes la alerta. ¿Has estado en un accidente o en un momento decisivo entre la vida y la muerte?
Ahí estás totalmente presente, no hay pensamientos y no hay miedo, pero instantes después, cuando el peligro ha pasado, se pierde la alerta y entonces entra la mente y es cuando el miedo llega, pero mientras estuviste alerta no hubo miedo. Así que cuando sientas cualquier tipo de miedo sólo retoma la consciencia, regresa a la alerta, y el miedo se irá.